lunes, 2 de abril de 2018

El limpiador de tu alma es el perdón

Deberás usarlo todo el tiempo, apenas veas impurezas, 
aplícalo...
No te acuestes nunca sin haber pedido perdón
y sin haber perdonado. 
El resultado será que en paz te acostarás y así mismo dormirás 
y tu sueño te sustentará.
La hidratante de tu alma es la oración.
Si no hidratas la piel de tu rostro, se marchita.
Así, si no oras, tu alma se reseca, pero a medida 

que confías en Dios, el afán y la ansiedad desaparecen.



y aprendes a reposar y esperar en el Señor.

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