Un águila no pelea contra una serpiente en la tierra.
La atrapa y la sube a los aires y la deja caer.
Una serpiente no tiene aguante, poder o balance en el aire.
En el aire es vulnerable, inútil y débil a diferencia de cuando
está en la tierra que es peligrosa y poderosa.
No luches tus batallas con herramientas humanas.
No caigas en la trampa de bajar de nivel.
Elévate a las alturas en las alas del Espíritu Santo
y deja que Dios pelee tus batallas.
Porque las armas de nuestra milicia no son carnales,
sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.
2 Corintios 10:4
Pasaron cual naves veloces; Como el águila que se arroja sobre la presa.
Job 9:26
Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;
Levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;
caminarán, y no se fatigarán.
Isaías 40:31
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