2 Corintios 13:5
“Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”
- Note bien: Este versículo en ningún sentido menciona que la salvación se puede perder, sino todo lo contrario. En primer lugar, versículos anteriores Pablo menciona a los corintios su deseo de visitarlos por tercera vez (2 Co. 12:14), pero menciona además, que tal vez en la visita que él haga a los corintios los encuentre como él no quiere: viviendo en pleitos, envidias y hasta fornicaciones y lo peor de todo es que no se hallan arrepentido de vivir una vida así (2 Co. 12:20-21). La Biblia al lenguaje sencillo traduce: “Me da miedo pensar que, cuando vaya a visitarlos, no los encuentre como yo quisiera, y que tampoco yo resulte ser lo que ustedes esperan. Tengo miedo de encontrarlos peleándose, o envidiándose, o enojados unos contra otros, o que resulten ser egoístas, chismosos, murmuradores, orgullosos y alborotadores. Me da miedo pensar que, cuando vaya a visitarlos, mi Dios me haga sentir tanta vergüenza que me ponga a llorar porque muchos de ustedes no han dejado de pecar ni de hacer lo malo, sino que siguen teniendo relaciones sexuales prohibidas.” Luego Pablo menciona que en esta tercera visita sólo dos o tres testigos serían suficiente para disciplinar a aquellos “creyentes” que no se han arrepentido de vivir una vida de pecado y Pablo advierte no ser indulgente con esta gente (2 Co. 13:1-2). Luego el apóstol menciona a los corintios que si querían ver la prueba de que Cristo hablaba por él, noten el poder con el que él habla, y si era necesario, cuando vaya les iba a mostrar el poder de Dios en sus palabras (2 Co. 13:3-4). Finalmente, el apóstol menciona a los “creyentes” que estaban viviendo una vida desordenada en pecado (mencionados en 2 Co. 12:20-13:2) que se “examinen” para saber si realmente eran salvos. Pablo termina diciendo que si Jesús estaba en ellos, ellos eran salvos, pero si Jesús NO estaba en ellos, ellos no eran salvos (2 Co. 13:5). Por lo tanto, este texto en vez de enseñar que la salvación se pierde, es un consejo para aquellos “creyentes” que viven desordenadamente en pecados y no se arrepienten para probarse si realmente son salvos. Si al autoexaminarse encuentran que Cristo no está en ellos (pues no proceden al arrepentimiento) entonces nunca fueron salvos. Pues si Cristo estuviera en ellos, se arrepentirían de su mal camino. Reitero, este texto no enseña que un creyente pierda la salvación, sino que demuestra que un “creyente” que viva desordenadamente en pecado y no se arrepiente NUNCA fue salvo, para tal caso, debe hacerse un examen personal.
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