Perdonar es difícil. Algunas veces más que otras, pero siempre toma tiempo y práctica lograrlo. Algunas de los factores que más dificultan el lograr perdonar tienen que ver con malos entendidos que tenemos con respecto a lo que implica el perdón y a estados mentales que nos cuesta soltar, y puntos de vista que nos cuesta cambiar en nuestro camino hacia el lograr perdonar.
En cuanto a los malos entendimientos con respecto al perdón, es vital aclarar lo que no es perdón:
No es justificar comportamientos improcedentes o negativos propios o de los demás No quiere decir que aprobamos o defendemos estos comportamientos ni excluye tomar medidas para cambiar la situación o proteger nuestros derechos No es hacer como que todo va bien cuando sentimos que no es así No se puede ofrecer un perdón verdadero si se niega o hace caso omiso de la rabia, el dolor y el resentimiento.No es adoptar una actitud de superioridad. Si se perdona a alguien por lastima o por tonto es que se confunde perdonar con ser orgulloso o criticón No significa que yocambie de comportamiento, a no ser que realmente desee hacer eso. No exige que le comuniquemos directa o verbalmente a la persona que la hemos perdonado
El perdón solo requiere un cambio de percepción de las personas o circunstancias que creemos que nos han causado dolor o daño.
En cuanto a los puntos de vista y los estados mentales que nos mantienen en el no perdón, podemos identificar:
El juzgar las situaciones en términos absolutos: A quien llamamos ofensor es “la persona mala de la película que me hizo lo que me hizo a mí que no me lo merezco”. Le atribuyo a esa persona afuera la responsabilidad total de lo que me está pasando. Por eso decimos “te perdono” y “no te perdono”, poniendo al otro en el banquillo de los acusados.No asumir ninguna responsabilidad en el asunto: creer que el daño y el que lo hace es únicamente por personas externas. Cuando entendemos lo que nos sucede de esa manera, condenamos, juzgamos y castigamos. Así, la responsabilidad total de lo que sucede está afuera, nosotros no tenemos nada que ver.Tomarlo todo personal: pensamos que somos demasiado importantes y que todo mundo anda haciendo o no haciendo cosas pensando en nosotros, entonces surge “Mirá lo que ME hizo” sin darnos cuenta que TODOS andamos por ahí haciendo cosas sólo pensando en nosotros mismos, en nuestra felicidad y la satisfacción de nuestros propios deseos y necesidades. Que uno haya sido afectado por la acción de alguien más, es totalmente circunstancial, aunque nos cueste verlo.Mantenemos un doble estándar: Especialmente cuando nos sentimos heridos o lastimados, tendemos a exagerar lo “buenos” que somos y al mismo tiempo exagerar lo “malo” que es el otro. Somos hipercríticos hacia el otro cuando no aceptamos la idea de que determinada persona haya hecho cosas que nos duele tanto sin acordarnos de las ocasiones en que nosotros mismos hemos hecho cosas que otros han podido juzgar o vivir como hirientes o dañinas. En esas ocasiones, nosotros siempre tenemos una explicación o justificación para nuestros actos, tenemos una razón para hacerlo. Se nos olvida que los demás, de igual manera que nosotros, seguramente también tienen razones que, desde sus puntos de vista son totalmente válidas y justificadas para haber hecho lo que hicieron.Enfocarnos demasiado en querer entender: El ver que todos tenemos nuestras razones para hacer las cosas nos debe llevar a la compasión, al poder ver al otro como mí igual. Sin embargo, la tendencia es a obsesionarnos con tratar de entender estas razones, tarea inútil y sin sentido, porque no podemos y porque no nos ayuda a sentirnos mejor, solo nos mantiene en el juicio y el sufrimiento)
Todo esto nos lleva al odio. Rechazamos a quien nos ha hecho daño. El odio pocas veces es asumido. Pensamos “yo no odio pero perdono”, lo cual es un sinsentido. Desde el momento en que algo que no me gusta y lo rechazo, estoy odiando. Especialmente cuando exagero las cualidades negativas de lo que pasó. Y esto sólo nos condena a seguir sufriendo.
A mí me cuesta perdonar de verdad porque...
En cuanto a los malos entendimientos con respecto al perdón, es vital aclarar lo que no es perdón:
No es justificar comportamientos improcedentes o negativos propios o de los demás No quiere decir que aprobamos o defendemos estos comportamientos ni excluye tomar medidas para cambiar la situación o proteger nuestros derechos No es hacer como que todo va bien cuando sentimos que no es así No se puede ofrecer un perdón verdadero si se niega o hace caso omiso de la rabia, el dolor y el resentimiento.No es adoptar una actitud de superioridad. Si se perdona a alguien por lastima o por tonto es que se confunde perdonar con ser orgulloso o criticón No significa que yocambie de comportamiento, a no ser que realmente desee hacer eso. No exige que le comuniquemos directa o verbalmente a la persona que la hemos perdonado
El perdón solo requiere un cambio de percepción de las personas o circunstancias que creemos que nos han causado dolor o daño.
En cuanto a los puntos de vista y los estados mentales que nos mantienen en el no perdón, podemos identificar:
El juzgar las situaciones en términos absolutos: A quien llamamos ofensor es “la persona mala de la película que me hizo lo que me hizo a mí que no me lo merezco”. Le atribuyo a esa persona afuera la responsabilidad total de lo que me está pasando. Por eso decimos “te perdono” y “no te perdono”, poniendo al otro en el banquillo de los acusados.No asumir ninguna responsabilidad en el asunto: creer que el daño y el que lo hace es únicamente por personas externas. Cuando entendemos lo que nos sucede de esa manera, condenamos, juzgamos y castigamos. Así, la responsabilidad total de lo que sucede está afuera, nosotros no tenemos nada que ver.Tomarlo todo personal: pensamos que somos demasiado importantes y que todo mundo anda haciendo o no haciendo cosas pensando en nosotros, entonces surge “Mirá lo que ME hizo” sin darnos cuenta que TODOS andamos por ahí haciendo cosas sólo pensando en nosotros mismos, en nuestra felicidad y la satisfacción de nuestros propios deseos y necesidades. Que uno haya sido afectado por la acción de alguien más, es totalmente circunstancial, aunque nos cueste verlo.Mantenemos un doble estándar: Especialmente cuando nos sentimos heridos o lastimados, tendemos a exagerar lo “buenos” que somos y al mismo tiempo exagerar lo “malo” que es el otro. Somos hipercríticos hacia el otro cuando no aceptamos la idea de que determinada persona haya hecho cosas que nos duele tanto sin acordarnos de las ocasiones en que nosotros mismos hemos hecho cosas que otros han podido juzgar o vivir como hirientes o dañinas. En esas ocasiones, nosotros siempre tenemos una explicación o justificación para nuestros actos, tenemos una razón para hacerlo. Se nos olvida que los demás, de igual manera que nosotros, seguramente también tienen razones que, desde sus puntos de vista son totalmente válidas y justificadas para haber hecho lo que hicieron.Enfocarnos demasiado en querer entender: El ver que todos tenemos nuestras razones para hacer las cosas nos debe llevar a la compasión, al poder ver al otro como mí igual. Sin embargo, la tendencia es a obsesionarnos con tratar de entender estas razones, tarea inútil y sin sentido, porque no podemos y porque no nos ayuda a sentirnos mejor, solo nos mantiene en el juicio y el sufrimiento)
Todo esto nos lleva al odio. Rechazamos a quien nos ha hecho daño. El odio pocas veces es asumido. Pensamos “yo no odio pero perdono”, lo cual es un sinsentido. Desde el momento en que algo que no me gusta y lo rechazo, estoy odiando. Especialmente cuando exagero las cualidades negativas de lo que pasó. Y esto sólo nos condena a seguir sufriendo.
A mí me cuesta perdonar de verdad porque...
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