A veces por la edad o porque hace varios años conocimos a Dios, nos sentimos cansados y agotados, con la impresión de que ya no tenemos nada más para dar. Incluso en nuestro trabajo, familia e iglesia nos sentimos poco útiles, es como si hubiéramos agotado toda nuestra creatividad y ya no tuviéramos mucho que aportar.
En determinados momentos nuestra vida suele verse gris y envejecida; al igual que un águila que tiene que pasar por un tiempo de renovación para seguir viviendo otros 30 o 40 años más y decide irse a una montaña lejana para pasar por un periodo de dolor, nosotros también debemos experimentar este tipo de quebrantamiento si queremos llegar a cumplir el propósito con el cual fuimos creados.
Si estás pasando por un tiempo de cambios nuevos y crees que no encajas en ellos, tal vez debas dejar de enfocarte en el pasado y proyectarte a lo que viene. Piensa cuáles son las plumas, las uñas de las que debes desprenderte para poder llegar a ser la persona que Dios quiere hacer de ti. Pueden ser actitudes, vicios, debilidades o pensamientos conformistas que te atan y ahora no te dejan avanzar.
“Él perdona todas tus culpas y sana todas tus enfermedades. Él rescata tu vida de la tumba y te colma de amor y de ternura, sacia de bienes tu existencia, y te rejuveneces como un águila”
Salmo 103: 3-5
Libérate del pasado y de todos tus complejos, toma tu tiempo de renovación y deja que Dios restaure tus sueños. Hasta que El no de un alto, tú debes continuar luchando.
Solo Dios sabe hasta cuándo viviremos y mientras lo hagamos El quiere usarnos hasta el último minuto de vida.
En determinados momentos nuestra vida suele verse gris y envejecida; al igual que un águila que tiene que pasar por un tiempo de renovación para seguir viviendo otros 30 o 40 años más y decide irse a una montaña lejana para pasar por un periodo de dolor, nosotros también debemos experimentar este tipo de quebrantamiento si queremos llegar a cumplir el propósito con el cual fuimos creados.
Si estás pasando por un tiempo de cambios nuevos y crees que no encajas en ellos, tal vez debas dejar de enfocarte en el pasado y proyectarte a lo que viene. Piensa cuáles son las plumas, las uñas de las que debes desprenderte para poder llegar a ser la persona que Dios quiere hacer de ti. Pueden ser actitudes, vicios, debilidades o pensamientos conformistas que te atan y ahora no te dejan avanzar.
“Él perdona todas tus culpas y sana todas tus enfermedades. Él rescata tu vida de la tumba y te colma de amor y de ternura, sacia de bienes tu existencia, y te rejuveneces como un águila”
Salmo 103: 3-5
Libérate del pasado y de todos tus complejos, toma tu tiempo de renovación y deja que Dios restaure tus sueños. Hasta que El no de un alto, tú debes continuar luchando.
Solo Dios sabe hasta cuándo viviremos y mientras lo hagamos El quiere usarnos hasta el último minuto de vida.
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